jueves, 6 de noviembre de 2008

Fabricas recuperadas




Si lleváramos e imagináramos el rol que cumple el Estado con las Cooperativas de Trabajo, a una institución educativa de cualquier nivel; éste quedaría libre de faltas debido a su ausencia prácticamente total en este sector.
Uno de los más graves problemas que enfrenta nuestra sociedad es el desempleo. Sus consecuencias exceden lo estrictamente económico. La desocupación es madre de la violencia y de la inseguridad. La ausencia de ocupación estable y remunerada genera angustia, desdibuja la identidad personal y provoca reacciones antisociales que afectan la convivencia pacífica de los individuos en una comunidad.
El desempleo a muchos hombres y mujeres de distintas edades los puso a prueba, ya que de un día para otro quedaron en la calle, sin trabajo y sin comida para sus familias.

Una de las respuestas ante esta nueva situación ha sido el surgimiento del movimiento de empresas o fábricas recuperadas, para darle continuidad al trabajo y reactivar las empresas en quiebra, concursadas y/o abandonadas por sus dueños.
Los desafíos e impactos que esta estrategia de legitimación jurídica implica en la preservación y generación de nuevas fuentes de trabajo es importante para un país que necesita que sus habitantes trabajen.

Reconocemos que el cooperativismo ha permitido que amplios sectores sociales logren un acceso real a la propiedad de los medios de producción, alcanzando una participación significativa en la producción nacional y en la distribución del ingreso; a la par de su contribución a la democratización de la economía.



Las cooperativas de trabajo, son organizaciones con identidad, especificidad doctrinaria, legal y organizacional, que requieren mecanismos específicos para la organización, toma de decisiones, gestión y fiscalización, que resulta imprescindible conocer para su eficaz funcionamiento.

No es un fenómeno nuevo en la Argentina la autogestión cooperativa de los trabajadores, pero se observa un crecimiento importante a partir de la crisis de 2001, momento en que los trabajadores recurren a la constitución de esas entidades por la necesidad urgente de defender la fuente de trabajo al tomar conocimiento del cierre o quiebre de la fábrica, con la cual mantenían una relación de dependencia laboral.

A la formación de cooperativas de trabajo originadas en empresas quebradas o en crisis, se la ha llegado a denominar “fenómeno” en alusión al incremento exponencial que se produjo en los años recientes y en la inversión de roles por medio de los cuáles son los propios actores, los trabajadores asociados, quienes pasan a ser protagonistas, rechazando el manejo político de la pobreza y el camino por el cual únicamente podrían sobrevivir del asistencialismo social. Asistencialismo que fue necesario porque cuando la gente tiene hambre, lo importante es que coma y mucho más los niños. Pero la asistencia social desvinculada de todas las otras dimensiones puede ser negativa, porque suele incrementar la cultura de la dádiva. A su vez quién depende de la dádiva o la caridad para sobrevivir, nunca es totalmente libre.

En nuestra ciudad son varias las Cooperativas de Trabajo, pero sin dudas que uno de los casos más significativos es el de la Cooperativa de lácteos La Cabaña; que fue fundada en 1944 como una empresa familiar basada en el trabajo artesanal. Inty, La Cabaña, Alely, Cándida, Lejanía y Rosaura son todas las marcas que pertenecen esta “nueva” empresa rosarina.
Con sus testimonios vemos como se hace difícil remarla ante tantas complicaciones económicas, judiciales y sociales; y ante todo esto, el Estado no reacciona o no entiende que las Cooperativas significan menos desempleo, significan movimiento de materias primas y productos finales, los cuales dan como resultado más trabajo.
Pese a las adversidades, ellos conservaron las esperanzas porque sabían que nada estaba perdido si luchaban y trabajaban con más esmero por algo que, ahora, es suyo.
Si consideramos que el trabajo es el mejor ordenamiento social y uno de los elementos fundamentales de creación de vínculos, la formación de una cooperativa para recuperar una empresa o fábrica, implica salir de la actitud de la derrota y tener una postura frente a la crisis, pero para ello se deben aplicar políticas basadas en proyectos sustentables para los trabajadores.


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